Thursday, March 22, 2012

Ida y Vuelta



Ya se podía distinguir la cima.
Sólo unos metros más...
El sol nunca descansaba a esas latitudes y su cuerpo llevaba demasiado tiempo a su merced. El sudor que le recorría todo el cuerpo y que caía a borbotones por su cara apenas le dejaba abrir los ojos.
Sólo unos terruños más...
Sus manos descarnadas y llenas de arañazos no podían soportar su peso mucho tiempo más. El dolor que su cerebro recibía de todo el esqueleto ya era demasiado insportable.
Sólo unas piedras más... Y llegó.
Después de años escalando consiguió conquistar la cima. No recordaba a nadie que hubiese llegado a dónde estaba él.

Entonces durante unos segundos tuvo una sensación de liberación y orgullo que parecía justificar todo el esfuerzo anterior.
No fueron más que eso, unos instantes. Enseguida se puso de nuevo el petate y el sol y la luna le acompañaron, por turnos,  de nuevo hacia el pueblo.
Sabía, después de todo, que abajo nadie le querría.

........

Muchas gracias, señor Platón.

3 comments:

Erik Niemietz said...

Qué pasada de relato, ¿en qué libro está el original?

Meditabundo said...

El original es este, Erik!! Jajaj nunca meto nada que no sea de mí. Léete el anterior a ver que te parece!

Erik Niemietz said...

jaja pensé que el agradecimiento a Platón se debía a que era suyo. joder man pues es brutal.