Tuesday, December 08, 2009

Tradición vs. Modernidad (1ª parte)



Como sabeis estoy viviendo en Italia (Padova concretamente) y el otro día estuve paseando por Bologna con unos amigos que me vinieron a visitar.
Pese a que hacía algo de lluvia y viento nos aventuramos a conocer un poco la vieja ciudad universitaria. Si por algo destaca Bologna es, por un lado, por la enorme cantidad de Arcos y soportales que tiene (más de 200) y, por el otro, por la cantidad de iglesias y catedrales románicas, barrocas o goticas que agotan sus calles. Una de las más importantes de la ciudad es la Catedral de San Petronio. No me pondré a impartir una clase de arte sacramental porque no tengo mucha idea del tema y porque me desviaría del asunto del post.
En las iglesias de Italia tienen la costumbre (al igual que en muchas de las iglesias de España) de poner un cartel con dibujos de lo que no puedes hacer: sacar fotos (para cuando hacen postales para vender supongo que lo esconderán), hacer videos o no llevar pantalones cortos o falda. Conscientes de esto, entramos para echar un vistazo a la catedral... cuando un viejete con pinta de "Ancianosinmuchoquehacerquesededicaapasarelratovigilando" me pidió que me quitase el gorro. Con cara de asombro me quité el gorro y seguí caminando. Cuál es mi sorpresa cuando veo que la mayoría de las mujeres que estaban en ese momento cerca llevaban gorro; incluso a mi amiga, que llevaba gorro, no le había dicho nada. Me ofusqué y me lo volví a poner con el típico "y porque a mí y a ellos no?" que tanto nos gusta a los de Madrid y que tantos atascos provoca. Seguimos paseando hasta que ví que otro agente de las fuerzas eclesiásticas de seguridad se acercaba hacia mí con la misma insidiosa petición. Esta vez algo se revolvió en mí y no pude evitar preguntar porque las señoras que estaban a mi alrededor no se lo quitaban. Su respuesta fue aún más anonadante (para un ignorante de las tradiciones de la iglesia como yo): "Las mujeres se ponen el gorro, los hombres se lo quitan" y además me mencionó "El Galateo" como referencia bibliográfica a la imposición de esa ley. Por respeto a mi amiga no seguí con la discusión y me marché con el gorro en la mano.

Esta historia me ha hecho reflexionar sobre el conflicto entre tradiciones y modernidad. Hoy en día hay una corriente importante de pensamiento occidental que tiende a buscar refugio en la cultura de medio oriente como respuesta a los problemas que vivimos al oeste del Mar Negro. Es un ajado debate que surgió con Rousseau (el buen salvaje es aquel ser que no está contaminado por la sociedad y que por tanto es bueno, ya que el ser humano es bueno por naturaleza) y que dominó el debate antropológico durante todo el siglo XX. De las propias palabras de Rousseau se puede deducir que cuanto más coaccionado esté un individuo por la sociedad, menos natural será y, por tanto, menos bueno. Esta es la idea que toman ciertos pensadores contemporáneos al acercarse a sistemas de pensamiento no occidentales (menos contaminados por su sociedad). Y esto, de alguna manera, es lo que mueve a tantas personas a rechazar su ambiente cultural de su crianza para abrazar una fé distinta y puede que más primitiva (porque mantiene más fielmente las raíces de su doctrina).
¿Pero qué pasa cuando esta doctrina, símbolo de tradición milenaria, choca contra los pilares de nuestros derechos fundamentales (tal como lo entendemos los del oeste)? En occidente, nuestra sociedad ha impuesto una serie de valores a los que debemos, de una manera o de otra, aspirar. Y no se trata sólo de valores que reconocería cualquiera, tales como el dinero, el amor, una vida segura, llegar a algo importante, reconocimiento, una buena salud etc. También se trata del respeto a los distintas maneras de pensar y de vivir. Sé que esto no es algo que sea muy viejo ni que se comparta mucho. Pero sí es algo que ha surgido en el seno del pensamiento occidental y creo que es sano pensar en ello también.
Entonces, si una religión impone una serie de normas (llámese entrar a la iglesia con gorro si eres hombre o sin él si eres mujer; o llevar hijab si eres mujer musulmana) que nos parecían a simple vista discriminatorias... ¿Cuál es nuestra actitud? ¿Aceptamos esto como símbolo de la tradición milenaria o rechazamos la tradición en favor de una concepción de los derechos fundada en nuestra sociedad occidental?

Al respecto estaba leyendo un artículo escrito por una chica convertida al islam que habla de por qué acepta llevar el hijab y taparse incluso las manos (además del pelo, el cuello y el pecho). Las razones me parece que se deben juzgar por si mismas. No pienso hacer ningún juicio de valor previo a sus palabras. Creo que ellas hablan bastante claro:

"Las mujeres que demuestran su belleza, luciendo sus cuerpos y caras maquilladas todo el día, se exponen a ser lastimadas por lobos en vestimenta humana. Allah ordeno el Hijab para proteger a la mujer de ser dañada. El conoce a su creación, y sabe que las mujeres hacen deslumbrantes exhibiciones de ellas mismas, con ropa inadecuada, cuerpos perfumados y caras maquilladas que solamente conduce a problemas sexuales para la sociedad en general. Muchas de las personas que no saben nos persuaden a creer que el Hijab es una cárcel andante que tiene a nuestras mentes, vidas y corazones amaradas. No es ninguna de estas cosas y para no caer víctima de sus planes tenemos que entender lo que es el Hijab."(1)

Es decir: las mujeres se exponen a ser maltratadas y lastimadas al ir maquilladas y con poca ropa. Al menos esto también es lo que parece decir el Corán (tomado de la misma página):

"¡Oh, Profeta! Dile a tus esposas, a tus hijas, y a las mujeres de los creyentes que cubran desde arriba con sus vestidos. Esto es lo más adecuado para que se las reconozcan y no sean molestadas. Allah es el Perdonar, Compasivo."

"Y diles a las mujeres creyentes que bajen su mirada (de ver cosas prohibidas) y que protejan sus partes privadas (de actos sexuales ilícitos, etc.) excepto lo que tiene que verse, ‘que deben poner sus velos sobre su Juyubihinna,’ » (Corán, 24:31)"

Así que los cuerpos perfumados y las caras maquilladas conducen a problemas en la sociedad... porque según parece el hombre es incapaz de controlar sus instintos... ¿y no se llega a así a invertir el sujeto víctima? Parece como si el hombre fuese víctima de sus instintos y la mujer la que provoca esto. Me parece al menos digno de reflexión.

Ante esto, hay, al menos, dos tipos de actitudes: la de imponer nuestra cultura occidental (caso francés) o la de respetar la cultura de cada grupo social a riesgo de aceptar cosas que nuestra sociedad considera terribles como es el maltrato a la mujer o la discriminación por asunto de sexo o de raza etc. Es un tema complicado porque tiene mil conexiones y cientos de posibles respuestas convinadas... quizás, saber convinar ambas posturas sea una de las cuestiones más complicadas a las que se ha enfrentado el mundo globalizado del siglo XXI...

......Continuará.......


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(1) Artículo sobre las razones para llevar hijab, completo aquí

5 comments:

Unknown said...

Bologna tiene 666 arcos.


Yo creo que lo que te ha molestado ha sido el no peinarte y ponerte un gorro para disimularlo y asi quedar en evidencia.

Hablas de respeto, pero yo creo que el hecho de quitarte el gorro es directamente una muestra de respeto hacia los que creen en que debes quitartelo tu y ponerselo una mujer.

Intentar entender esto, es una pescadilla que se muerde la cola, pero debes respetar las creencias de cada uno, al igual que debes respetar las normas que se ponen en una casa, pero ya entramos en temas de protocolo, como ya te dije antes. Vease el caso "Rober y sus calcetines en casas ajenas"
No hay nada escrito en la puerta, pero es cajón.

Salom Aleichem.

Meditabundo said...

Ok, lo que dices está muy bien. De hecho mi cuestión es hasta qué punto uno debe respetar las normas de esa casa. ¿Debemos respetar las normas de la casa islámica nigeriana que condena por lapidación a las mujeres que cometen adulterio? ¿Debemos aceptar que se condene el uso del preservativo en africa? Yo no tengo respuesta, al menos.

María said...

Mierda, yo tampoco tengo respuesta.
Fue todo un privilegio estar presente en semejante acontecimiento, y ser la amiga del gorro.

Y como cristiana que soy tengo que decir...que era la primera vez que escuchaba semejante norma sobre el gorro!

Gusssssss cof cof said...

El no aceptar las lapidaciones o la condena del uso del preservativo no nos lo debemos plantear como una falta de respeto a cierta cultura, qué lo es, si no como un respeto al individuo. Si no anteponemos la integridad del individuo a unas tradiciones o ideas determinadas estamos faltando al respeto a la raza humana y a nosotros mismos.
Por el contrario hay muchas otras "normas de respeto" que no afectan a la integridad de nadie; esas son las que se puede llevar a debate.

Carlos Suchowolski said...

Porfa... lee a Nietzsche que ya lo dijo todo al respecto. Y a ver si hacemos un repasito... je... que te encuentro muy "globalizado".