Hay veces que salen las palabras sin sentir uno solo de los sonidos que, como si de un altavoz se tratase, reflejamos en el eco de la habitación vacía.
Hay veces que las manos escriben solas sentencias que nuestro racional y lúcido cerebro jamás aceptaría.
Hay veces que las voces que escuchamos en nosotros mismos nos parecen ajenas y ajadas.
Hay veces que nuestra imaginación es la única testigo de nuestros deseos.
Hay veces que agotamos todo en un par de gotas de lluvia.
Hay veces que sentimos el silencio como amigo
Hay veces que nada de esto aparece
Hay veces que todo se queda
Hay veces que veo luces
Hay veces que no.
Hay veces...